viernes, septiembre 08, 2006

No te des por vencido ni aún vencido.

Ser feliz según alguién. Quizás ya lo escuchaste. Te lo dijeron y suene difícil hoy...

A veces la vida nos pone pruebas en el camino, situaciones extremas donde uno siente que ¡chau, es el final!... Nunca es el final, solo debemos aprender de ellas, por algo pasan, por algo nuestro destino las puso ahí… ¿Aprender, para poder ser más fuerte?, no lo sé, uno puede tocar el fondo más oscuro..., pero si el más mínimo de luz te deja verlo, da por sentado que todo va a ser mejor de lo que era hasta entonces, el corazón conoció y vivió un hecho que lo conmocionó... no es fácil asimilar y decir ¡ja! ya sé como es esto y lo puedo deglutir. No... el tiempo da sabiduría... el tiempo afloja ese corazón duro que se autoprotege y endurece…

En ciertos momentos la calma, luego de tiempos tormentosos (semanas o meses quizás) suele potenciarse y las gratas sensaciones de bienestar que llegan a ti se aferran firmes en tu ser. Las vivís, las sentís cerca, dentro tuyo, que no hay manera que tu vida cambie, de que no quieras otra cosa. Sentirse lleno, pleno de felicidad, es la droga más buscada, las más adictiva de todas, la más genuina… y por ende escasea, las dificultades para conseguirla, muchas veces te derrota, otras te hace perecer en el intento de obtenerla. Nuestras vidas, tu vida, mi vida, necesita de ella para que podamos seguir nuestro camino sin salirnos de él.

Felicidad, invitación a su dependencia que de tan pequeños recibimos, nos coquetea desde el útero. Allí, soñar, fantasear, proyectar una vida sin ella, es impensado, no está ni siquiera lejos. Así, nadie nos avisa de como será nuestra existencia aquí. Por qué? Quién pudiera saberlo tendría en su poder a todos nosotros. Quién no daría su vida, vendería su alma, por ser feliz lo que nos toque estar vivos? Sería una especie de DIOS, tangible por cierto.

Esta fantasía de tener la felicidad eterna, comienza a tomar forma de utopía casi desde el comienzo de nuestra razón, cuando la verdadera realidad que nos toca comenzar a vivir, se hace presente sea cual fuera esta circunstancia, así lo vamos a sentir, así lo vamos a vivir.

No habrá nada material, nada tecnológico, nada químico, nada espiritual, que nos revierta la situación de infelicidad, que produzca la primera decepción, la primera desilusión, la primera versión de la realidad que nos tocará vivir. Nada porque como uno no estuvo prevenido, nunca tuvo una defensa para ello, nunca.

A partir de allí, de ese momento, comienza nuestra carrera en la búsqueda de esta droga efímera, utópica, inconstante y de duración incierta. La felicidad juguetea, nos visita, se queda un momento, nos hace sentir su poder y se repente cuando menos lo esperas, te abandona, se va, se esfuma. ¿Por que? ¿Es posible retenerla dentro nuestro? ¿Es para mí? y quien sabe cuantas preguntas empezarán a resonar dentro de nosotros… algo nuevamente imposible de calcular, de preveer.

Así, con los sentidos abrumados por tanto poder, maltrechos y con las defensas bajas, indefensos… , comenzamos a corre una carrera sin fin, persiguiéndola para conseguirla, para que sea nuestra, poseerla por siempre, nuestros caminos aún sabiendo, quizás, que sea uno solo este, se multiplican, se hacen laberintos imposibles de transitar, la fuerza que nos consume por esta búsqueda llegará a ser imposible de recuperar. Todos nuestros sentidos estarán a un ritmo loco, recorriendo cada rincón de nuestra existencia y de cuanto pequeño indicio de aquí la FELICIDAD es eterna. Intentaremos todo, absolutamente todo para poseer tan único y magnífico estado, sensación indescriptible que hace de nosotros, ser seres que darán todo sin recibir nada a cambio, ayudar aún no recibiendo nada del otro… Y sí, muchísmos adjetivos y calificativos que se podrían enumerar y no alcanzaría el infinito para llegar a poder describirlos.

Así es, nada fácil, es más creo que hasta suena imposible si nos lo ponemos a razonar, a pensar, y/o a reflexionar. Un verdadero tesoro sin mapa que nos guíe hacía él. Ese es el error primero que nos va a negar que esta tan preciada gema pueda ser parte de nuestra existencia, pensar y poner nuestros sentido en la búsqueda, allí sin más remedio nos pondremos trabas tanto en lo exterior como en lo interior. Allí es donde nos tendremos que dar por infelices. Nunca la encontraremos, nunca se dejará encontrar, nunca, serán solo breves y falsos momentos, donde vamos a sentirla… más precisamente creer que al fín es nuestra… Las decepciones que propinara esta falsa felicidad, nos hundirán, o nos dejarán sin ganas de volver a intentar. Nos vencerá.

¿Y, entonces? Sí es un error buscar, porque nos limita y solo serán breves y falsos momentos. Traerá consigo muchas más malas vivencias de las que quizás podamos resistir. No buscarla sería resignarnos nunca más a sentir lo único que ella produce en nosotros y los que nos rodean… ¿Y entonces? ¿Así es, seremos infelices, desdichados?
La respuesta está y el mapa para encontrarla también y muchas veces esta más cerca de lo que uno imagina, y no siempre son falsos, aquellos pequeños momentos ¿Cuál es? ¿Cuando, cómo y dónde?, NECESITAMOS SABER YA. Estas preguntas no tienen respuestas porque son parte de que…….rela siempre nuestro tomando atajos, saltando etapas. Encontrar nuestra respuesta y nuestro camino en las vivencias de otro no dará resultado… Créanme, solo servirán para saber que uno o muchos de los caminos que fueron elegidos resulto o no eficaz. Nunca nos ahorrará ni acortará nuestro camino.

¿Y entonces? Entonces allí está, aquí, más allá, en todas partes. ¿Como no lA vez, no la sentís?. Está frente a ti, y siempre lo estuvo. Solo tenes que, abrir tu espiritu, cuerpo y alma, corazón, con tudo tu cuerpo, y cada celula. Solo allí podrás recibir tan magnífica y única sensación… Sin buscarla en ningún momento, disfrutando cada instante que te toca vivir, malo o bueno, claro u oscuro, blanco o negro. Siempre sabiendo que es tuya la elección, este camino es solo uno siempre es uno, cuando él por alguna razón se divida y se hagan dos o tres la encrucijada más infinita, eres tú quien tendrá enfrente a ti el poder para elegir o hacer de todos un solo camino. Continuar en este camino hacia la felicidad hará que la encuentres y jamás vuelva a irse o alejarse de ti.

Nada resultará fácil, eso es seguro, ya que muchas veces nosotros mismos bajaremos los brazos y nos daremos por vencidos, así aún teniéndo la respuesta enfrente resultará inalcansable, invisible…. Este camino que transitamos tiene obstáculos por que así nuestro destino se escribió, y solo si realmente deseamos que la felicidad sea auténtica, que la demos a otros con humildad y sin pedir nada a cambio, la sortearemos y la encontraremos para siempre.

Andrés Rodríguez

No hay comentarios.: