Psicodélica y nocturna

Una voz profunda lo atrajo, ¿cuantas preguntas hoy sin respuestas?…
Y la verdad que muchas más de las que su cuerpo pudo dirimir, un solo destino a perseguir, y a veces tan lejos, y tan inalcanzable.

El oscuro cuarto donde dormía lo estremecía entre sueños, ni la luz de la luna penetrando por la celosa ventana serviría como guía.

Universo de pesares sobre sus hombros hacen pesadillas sus sueños, superhéroes maltrechos pagando peaje para salir de su cabeza, fuerzan sin relevancia un final feliz.

Cada instante, cada sollozo es un momento único dentro de suyo, y no cansado con mudar de piel, de amigos, de familia, le arrebata caminos a la oscura eternidad. Espera ese instante en el que las ideas evolucionan en caníbales métodos de auto convicción y cual presa desahuciada murmura perdones, miles de perdones.

Dolores pasajeros que no siente aún sigue viendo como lo devoran aquellas malas deciciones.

Y aún más… una psicodélica y nocturna ingravidez lo delata, aturdido y confundido por lo feroz de ese vacío dentro de él, sale esquivando cicatrices pidiendo pista.

Gritando se despierta... ¿Quién sabe el resultado? ¿Quién sabe diferenciar lo real de lo irreal? ¿Nadie? Más y más preguntas sin respuestas, un cóctel de feroces pensamientos caen al vacío, sin tocar fondo, por lo menos por ahora, la ruleta rusa dentro de su coco descansa, abismo de paz multicolor, calidoscopio de una única verdad, su propia locura inquebrantable.

Una voz profunda lo atrajo, un llamado con más palabras vacías, latido urbano que despierta el animal dentro de él, trae solo un destino incierto, su propio destino incierto, ¿Su destino?

...¡elecciones!