Hoy puedo oir musica con letras de otras necesidades, que también son necesidades ajenas y otras veces son como estandartes apropiados. Escaparate de legionarios en un paraíso de un triste muestrario con sus propias verdades, para que quizas, por momentos me olvide de las penas que me atormentan.
Y si me apenan los oidos y entristecen mi ser, las apago y listo. Es más facil, no? Es mas fácil que andar hablando con la gente de esto...
Un sueño, un bosquejo, me advierten, de que ya es la hora y en todo lo que escribo corro el máximo riezgo, el de boicoterame. Rimaré todo para darle un dulce final ja ja ja ,¿loco no? Hago otro esfuerzo y condeno mis propios versos, a mi propio olvido.
¿Y que licencia perpicaz puedo tomarme? solo una, mi soledad, ella que me da una revancha magra en su escencia, un sutíl final que pide a gritos que deje todo el tiempo pensar y pensar...
Ya es tarde, la fria noche se hace sentir, un ocre que tiñe las veredas, un otoño que comienza a vivir, fiel danza de heroes buscando refugio, personajes ocultos de esta ciudad cautiva de si misma, nacen. Por entre las sombras deciden su próximo paso, complicada y ciega sin ese destino cae la vida desde lo mas alto, así tensa como una lluvia briosa se deja guiar por el poder temperamental del viento. Acuña a su paso la ciudad y la sostiene, suaviza su caida, ¿la suaviza?.
Así el destino quiere quedarse con la última palabra, entra todo en un pequeño momento y espacio único, un segundo de esta vida loca, admirado miro a travéz del vidrio como caen las hojas, al instante asocio mi karmica vida a este solo instante y no dejo de pensar en un lienzo que en este mundo solo es posible pintar con el poder vivir y dejar vivir, cada uno de mis sentidos en la piel, una profunda danza reniega mi paso curando mi alma. Sabe que cada paso te costará parte de ti mismo, analiza... ¿cual sería la mejor paga? ¿Un resguardo nomás?
Andrés Rodríguez
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